El juicio por el asesinato de Ricardo Ramirez y las graves lesiones a Clara, llenó páginas y páginas de diarios y revistas, minutos de televisión, por ser Tulio, un médico muy querido y su familia reconocida en los ámbitos sociales y políticos
El padre había sido diputado al retornar el país a la democracia y la madre participaba de una ONG que ayudaba a mujeres maltratadas.
La excelente defensa, logro un juicio oral y una condena a 4 años, manteniendo la libertad vigilada. Se divorció de Clara, que nunca volvió a caminar. Como parte del arreglo judicial y civil, accedió a hacerse cargo de los gastos del tratamiento en el instituto y más tarde el domiciliario.
Le compraron una propiedad adaptada a sus limitaciones motrices donde vive con el hijo varón, que sigue pintando como lo hacía su madre.
Durante esos años, Tulio continúo viviendo en casa de los padres, ayudó a su hija en sus actividades profesionales.
Se sometió a un tratamiento psicológico, dentro del que se le aconsejó realizar algún estudio, optó por Filosofía y Letras, que le permitía, con permiso del juzgado, salir de la casa a cursar.
Cuando falleció su padre debió gestionar el permiso correspondiente para concurrir al sepelio.
El hijo varón nunca más quiso ver al padre, en tanto que la hija mujer, si bien visitaba a la madre, se quedó con el padre, hasta unos años después en que se casó y esperó la libertad definitiva para darle un nieto y que pudiera acompañarla en el nacimiento.
Tulio siguió ocupándose de su ex mujer, aunque no la volvió a ver. Su amor fue muy grande, como muy grande su desilusión.
Nunca se perdonó lo que había hecho.
Lucía siguió trabajando unos años más, hasta que estuvo en condiciones de jubilarse. En ese tiempo Riky, Vanesa y Lucio se fueron a vivir a Entre Ríos
Fue difícil lograr un acuerdo para vender la casa, demasiado grande para una sola persona, luego de interminables discusiones, porque los muchachos no querían nada de la venta, Lucía logró convencerlos, ella se compro una casa mas pequeña, y dos departamentos que pusieron a nombre de los tres, donde podían alojarse cuando iban en Buenos Aires.
Viajó a Ushuaia cuando se casó Bruno y nacieron sus dos hijos varones
Con regularidad visitaba a Lucio y sus padres, asistió al nacimiento de las dos hermanitas de su ahijado.
Aprovechaba el viaje para ir a Rosario y encontrarse con Julio, compartiendo reuniones con sus hijos y amigos
Retomó el gusto de viajar, conociendo lugares postergados como Grecia y Perú, y algunos destinos más exóticos con Egipto, Turquía, Japón, Tailandia, etc.
Cuando la relación con Julio se encamino a lo romántico, compartieron algunos viajes, disfrutaban, se amaban.
El hombre insistió en formalizar la relación, tal vez convivencia, ante la reiterada negativa de Lucía, no volvió a tocar el tema, aceptando lo que tenían y cuando lo tenían.
FIN
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