Todas las mañanas llegaba con una bolsa y su bastón. Pasaba una franela
descolorida sobre el banco, arrastrando restos de la piedra original
Se sentaba y fija sus
ojos en el mar, solo distraía su
observación para beber del contenido de un termo, café para el frío o un jugo
en los días calurosos.
Su piel estaba curtida por el sol y arrugada por los años.
Unas tardes de invierno, sobre su saco gris se dibujan las gotas de nieve.
En los cálidos veranos usaba un sombreo de paja que apenas permitía ver sus ojos
celestes, antes brillantes hoy secos.
No hablaba con nadie, solo respondía cuando le solicitaban
una dirección.
Cuando la oscuridad de la noche, avanzaba, recogía sus cosas y se iba
Un día no llego, el siguiente tampoco, ni los otros. Se
tejieron cientos de historias, esperaba la barca de su amor, de su hijo, hasta
podría haber sido de su padre, nadie conocía su nombre ni donde vivía.
Con el tiempo dejaron de esperarla, pero sigue siendo una de
las historias que se cuentan en el puerto
Lapislazuli
De esas historias que se quedan guardadas en la memoria, así conocí a una persona hace ya algunos años, aún la recuerdo, un día simplemente ya no salíó a mi encuentro, ni el siguiente, ni los que vinieron después, aún ahora, cuando paso cerca tengo la sensación de que aparecerá en cualquier momento.
ResponderEliminarBella historia, me has hecho transportarme a cálidos momentos, gracias por tu visita Lapislazuli, un beso.
Hay historias que quedarán guardadas en la mente en este caso solo de la protagonista. Tal vez les produzca mucho dolor o tristeza hablar del porqué de esa rutina suya, Seguramente serán preguntas que no obtendrán respuestas.
ResponderEliminarAgradezco tu visita amiga, me permitió leer este relato que nos deja un tanto de misterio.
Un abrazo.
Linda historia
ResponderEliminarY hay tantas esperas así, que los pasantes, no sabemos que espera y queda en el imaginario nuestras conclusiones...
Besosssss
Es de esas hermosas historias que se tejen ante lo incógnito y llenan momentos de vacío. Tal vez se la debiera haber preguntado para que ella misma contara su propia historia, pero somos así.
ResponderEliminarAbrazos.
Se hizo presente y todavía perdura en el recuerdo, precioso relato te felicito.
ResponderEliminarUn cálido abrazo.
Lindísima historia, con su misterio, invita a imaginar que fue de ella.
ResponderEliminarUna historia a la que le vendría muy bien una de las canciones del grupo Maná.
Besos!!
Que hermosa historia y cuantas respuestas, tristes, o felices, tal vez maravillosas podría haber contado, para llenar un libro, si alguien
ResponderEliminarle hubiese preguntado...¡Vidas anónimas !
Abrazos.
Partió al más allá donde le esperaban, aquí ya no hacía nada, solo esperar.
ResponderEliminarBesos.
Una tema con esa aureola de tristeza que hace que nos acordemos de alguna historia pasada, bello y muy bien relatado mi querida amiga,besos desde Catalunya
ResponderEliminarEsas vidas desconocidas y que sin embargo pasan a formar parte de la nuestra, Lapislázuli, un abrazo!
ResponderEliminarHistorias así hay muchas, anónimas pero a la vista de todos.
ResponderEliminarUn beso dulce para ti.
Todos los puertos tienen una historia de infinita espera.
ResponderEliminarBesos
Algunas veces lo que se ha ido, vive pr los recuerdos de forma presente. Hermosa historia. Gracias por compartirla. Un abrazo
ResponderEliminarOtal vez, como dice la poetiza argentina : "sentir el olvido perenne del mar "
ResponderEliminarCariños
Hola, Lapislazuli.
ResponderEliminarMe encanta esta historia que habla de añoranzas.
Besos
Hay historias que dejan huella en las personas, tal vez por que sin quererlo se ven reflejadas en esa persona y en su vida diaria.
ResponderEliminarBesos
Un buen relato mi querida amiga. Siempre la soledad mira en la lejanía de un mar, se queda con los recuerdos sepultados en su fondo, pero la esperanza siempre es lo último que se pierde, hasta que un día viene la Dama de la muerte y se los lleva.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lapislazuli, esa dama de silencio, aún vive en el recuerdo de todos los que la vieron...Nada permanece invisible, todo tiene un fin y un sentido, amiga...Mi felicitación y mi abrazo por tan bella historia.
ResponderEliminarM.Jesús
:(
ResponderEliminarMe da mucha pena.
Besos.
Qué bonita. Es triste, desde luego, pero da esperanza que haya alguien que espere con infinita paciencia.
ResponderEliminarEXCELENTE TU HISTORIA. LÁSTIMA QUE ELLA NO HAYA REGRESADO.
ResponderEliminarABRAZOS
A pesar de no haber vuelto lo más importante es que quedase en el recuero de la gente, al menos eso.
ResponderEliminarBesotesssssssssssssssssss
la que esperaba, la que el tiempo fue apagando como al candil un viento,
ResponderEliminarya no vuelve...
genial!
saludos
Una triste historia admirablemente contada, una más de las muchas vidas que se extinguen en infinidad de puertos, después de una larga espera.
ResponderEliminarEs un placer leerte, mi amiga.
Un abrazo.
Nosotros somos ella y somos también aquel anhelado....
ResponderEliminarPaz
Isaac
Una bonita historia con muchas respuestas, tristes o felices.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay esperas interminables que el presente no puede rellenar, nos aferramos a esa esperanza viva que no nos abandona y que dibuja un futuro a nuestro antojo, si no existe nuestra necesidad lo inventa. Precioso relato, es un placer volver por aquí después de tanto tiempo. Besos
ResponderEliminarUna hermosa historia, hermosa por lo que tiene de misterio... Besos, abrazos.
ResponderEliminarEs una historia bonita con parte también de tristeza, pero lo importante es que se trata de una historia viva. Me ha encantado Lapislazuli. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
ResponderEliminarMuy bella historia amiga Lapislázuli, sencilla como a veces parece la vida, no tan sencilla para quien la vive esperando algo tan bueno como lo es el ser querido…
ResponderEliminarUn beso grande amiga. Feliz domingo.
Muy bella historia amiga Lapislázuli, sencilla como a veces parece la vida, no tan sencilla para quien la vive esperando algo tan bueno como lo es el ser querido…
ResponderEliminarUn beso grande amiga. Feliz domingo.