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La imagen de Laura era terrible,
ni hablar de su departamento. Casi a empujones la metí dentro del baño a
ducharse, mientras trataba de de
despejar la cocina para hacer un café. Había platos con abundantes restos de
comida, los diarios desparramados por el suelo y completando la imagen el gato
sobre una silla.
Entendí que había pasado tiempo,
cuando la veo entrar envuelta en un toallon, con la cabeza cubierta y descalza
-Laura, por favor tenes unas
chinelas? A ver si te lastimás……
Pensé, por lo menos, responde a
las órdenes.
Separe la vajilla, vasos y
cubiertos, encontré café…. Ni siquiera intenté con la cafetera, el
contenido estaba sobrenadado de una capa
blanca. Coloque el café en un jarro, que milagrosamente estaba limpio, agregue el
agua ya calentada, lo deje reposar y serví dos tazas que seguro tenían borra.
Regresa Laura, se había puesto
unas calzas, un remeron y suecos, seguía con la toalla en la cabeza.
Nos sentamos frente a frente en
el desayunador
-Cafecito… cuánto hace que no
tomas nada? Azúcar o edulcorante?
Cómo única respuesta elevo los
hombros. Dos cucharaditas de azúcar, mientras lo revolvía, espié su cara, las
lágrimas se deslizaban por la mejilla nuevamente. En absoluto silencio lo
tomamos.
Recogí las tazas, fui hasta el
baño a buscar el cepillo, con la misma toalla complete de secarle el pelo, le desenrede cuidadosamente sus rulos. Seguía
llorando, cada tanto inhalaba aire y se escuchaba la expiración.
-Vamos a la cama, necesitas
dormir
El dormitorio no tenía nada que
envidiar al resto de la vivienda. Cambie las sábanas, se acostó, la cubrí con
el acolchado. Le di un beso en la frente, cerró los ojos. Recogí la ropa retirada de la cama y la que estaba
sobre las sillas y en el piso y salí,
entornando apenas la puerta.
Me dije manos a la obra. Primero
la heladera, tiré prácticamente todo lo que había, mientras iba anotando lo
necesario. Seguí por los muebles. Coloque la ropa en bolsas.
Por suerte en el celular tenía
todos los teléfonos necesarios, llame al lavadero, la verdulería y el
supermercado. Mientras esperaba los pedidos, comencé a limpiar, el baño, la
cocina, el living. De tanto en tanto pasaba por el dormitorio, ni se había
movido, quizás dormía.
Prepare una sopa, una ensalada y
puse a funcionar la cafetera, luego de destaparla. Era casi la hora del noticiero, temía si encendía el televisor
se despertara, mientras cavilaba en ello apareció a mi lado, me dio un abrazo y
me agradeció estar con ella.
-Todo bien. Ahora vamos a cenar,
te prepare la sopa de verduras que tanto te gusta y unas ensaladas riquísimas,
sabes que son mis especialidad.
-(luego de un amplio suspiro). No
tengo hambre….
Eran las primeras palabras que
emitía desde que la encontré sentada en un banco de la rambla frente a su
departamento.
-Por lo menos, intenta unas cucharadas y vemos
Tomo varios vasos de agua, algo
de sopa y no insistí más. Yo comí la ensalada. Lavé los platos. Tomamos el
café.
-No lo puedo creer!!!–mientras
lloraba – porque? Porque?
-Queres que hablemos?
-No, anda a tu casa, ahora me
acuesto
-Acostate. Rodri me trajo algo de
ropa, me quedare aquí. Dormiré en el living
-No es necesario…..
-No tiene discusión
Otra vez respondió a mi
comentario y se acostó.
Continuará...
Lapislazuli
Esto promete aunque me quedo la intriga de saber un poquito más.
ResponderEliminarA ver la continuacion.
unos besotesssssssss
Esperamos el siguiente capítulo, esta lleno de ternura este¡¡
ResponderEliminarUn beso para ti.
Qué debe haberle sucedido para estar en semejante estado...
ResponderEliminarY que importante es que tenga a esa mujer a su lado para levantarla de su aparatosa caída.
Seguiremos el relato que promete.
Besos.
Es un relato que comienza con fuerza e intriga, me gusta mucho como describes el ambiente del departamento, sus personajes están muy vivos y tienen mucha personalidad.
ResponderEliminarEspero los siguientes capítulos !!!
Besos :)
Este final atrapa ya...
ResponderEliminarEsperemos que le ocurrirá a Laura.
Hay momentos duros, en los que siempre aparece por suerte un ángel.
No todos la tienen.
Bss.
Cuánto vértigo!!! Un abrazo.
ResponderEliminarSuerte que Laura tiene una amiga de fierro no? Espero la continuación de la historia, aunque la vida nunca tiene final previsto, un abrazo!
ResponderEliminarMe interesa saber qué pasará después... La Amistad es capaz de todo.
ResponderEliminaruyyy hay que esperar...ansiedad!!! beso
ResponderEliminarEl comienzo del relato es interesante, espero con ansia el resto.
ResponderEliminarBesos
Lapislazuli, muy buen comienzo. Espero con ansiedad la siguiente entrega. No dudo que será excelente éste relato, ya que conozco de tus cualidades narrativas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Promete!!!!
ResponderEliminarSuper interesante, hasta aquí.
Buen texto, logras mantener palabra a palabra el interés, además que está escrito en un bello estilo, suave, pero determinante
Besossssss
Desde que comienza nos hace querer saber el desenlace de todo, por qué Laura terminó con esa depresión tan inmensa qye absolutamente nada le interesaba ya, por el momento me voy satisfecha, al menos tiene a su lado a UNA AMIGA.
ResponderEliminarAbrazos muchos
Un bello relato, lleno de tristeza y misterio, pero donde se puede ir apreciando que donde hay una buena amistad todo se puede solucionar.
ResponderEliminarBesos
una depresión que la puede. A Laura ha de sobrevenirle un final girado 180º, sorprendente y feliz. Creo que lo merece.
ResponderEliminarSigue con la historia, Lapislázuli, que ya engancha!!!
Un abrazo grande
¿Continuará? No tardes.
ResponderEliminarBeso
A esperar lo que sigue
ResponderEliminarBesos dulces y dulce noche
Muy bueno, me gusta . Beso
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