Volvió a llamar al
médico y le exigió que avalara que fue un aborto espontaneo y que él seguía el
embarazo, bajo amenaza de denunciarlo sin importarle que ella estaba involucrada
Esa misma tarde le
alcanzo los papeles, fue la última vez que
lo vio, supo que tomo un mes de
vacaciones y luego envió la renuncia, radicándose en otra provincia. Alguna vez
pensó en investigar si seguía con sus prácticas, pero resolvió dedicarse a su
hijo, dependía de ella, no podía abandonarlo
Muchas mentiras a su
madre, la que siempre supuso que lo
eran, pero termino aceptando sus dichos.
Por los estudios se
confirmó que era un embarazo de veintiuna semanas, había poca bibliografía de
sobrevida.
Un manojito de vida,
bien morocho, lleno de cables y tuberías, pero ponía fuerza.
Pasó varias
convulsiones, dos infecciones, fueron seis meses de una lucha intensa, cuando
peso 1,200grs paso a una sala de cuidados intermedios. Comenzó una tarea muy
ardua, lograr alimentarlo por vía digestiva, pero no se dejaron vencer ni el
niño ni la madre
A los nueves meses de
esa nefasta tarde, le dieron el alta. Exigía cuidados domiciliarios de
enfermería, estaba ella. Visitas al
pediatra, muchas veces a domicilio, estaban orgullosos de haberle salvado
la vida y no querían arriesgarlo al clima o contacto con otros niños enfermos.
Cada día era un nuevo
desafío, así pasaron cinco años. Debía contactarse con el exterior, lo anoto en
un jardín privado a dos cuadras de su casa. En el periodo de acostumbramiento
se quedaba en la puerta, volvían a la casa en sus brazos
En esa época comenzó a
asistir al hospital, al servicio de psicología donde yo estaba cursando mi
primer año de residencia. En el cuarto año fui jefe de residentes, su
asistencia era perfecta, su situación por momentos era de gran angustia, por lo
cual solicite consulta con el psiquiatra que indico medicación
Pasaron cinco
años, me había alejado del hospital y en
mi consultorio privado solicito un turno
Era una mujer madura,
en la que los años tatuaron arrugas profundas, no solo en su rostro sino también
en su interior. Me conto lo que fue pasando desde que deje de verla. Pero no
avanzábamos mucho. Fundó una organización de ayuda a madres solteras,
asesorándolas en su embarazo y aun a las que resolvían dar sus hijos en
adopción
Después de casi un año
de consulta, me relato su historia. Una vez que se liberó el gran secreto,
pudimos avanzar, se transformó en otra mujer, hasta cambio los colores de su
vestimenta
Pensaba que debía
hablar con su hijo, muchas dudas, si era
el momento y como reaccionaria, que preguntaría, no tenía respuesta a
tantos interrogantes.
Fue así, cuando ese
jovencito comenzó a ser mi paciente, era un niño alegre, amaba quien creía su
madre, buen estudiante, aunque un poco agresivo con sus maestras y compañeros
de la escuela
Lo primero que debía
saber que ella no era su madre biológica, se reunieron los tres, cuando recibió
la noticia perdió la sonrisa. Se le conto que su madre era una jovencita que no
lo podía cuidar, desconocía quien era su padre. Solicito permiso para salir al
jardín
Las dos quedamos solas por unos instantes, nos despedimos con la promesa que llamara a cualquier hora si
me necesitaba.
La semana siguiente
cancelaron el turno, aclarando que todo estaba tranquilo y aprovechando un
feriado próximo iban a ir de paseo a la costa, los dos.
La primera en regresar
a la consulta fue la mujer, comento que hablaron de la niñez, miraron fotos y
algún video.
Era necesario darle tiempo para recibir más noticias. Fue
lento el proceso para dar el siguiente paso. Cuando estuvo preparado, nos reunimos nuevamente los tres y
hablamos. El jovencito expreso que algo presentía, había escuchado comentarios
de los mayores, que en ese momento no entendió y que ahora lo dejaban claro
Recordé a la madre,
cuando me conto su historia, él también se sacó un peso de encima.
Los siguientes, para
ambos, fueron años de muchas charlas, incluso participaba en una que otra de
las reuniones de la organización de su
madre, nunca contaron el origen
Hoy, hace cinco años
que ella falleció y me había pedido contar su historia en este momento. Que
hago, con autorización de su hijo.
FIN de una historia real
Lapisazuli
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