Una tarde, uno de los empleados del
lavadero se cayó, se le hincho el tobillo, Antonio le solicito al amigo de su
jefe un auto para trasladarlo al Hospital.
El médico de guardia, después de la
revisión, le indico unas radiografías, en silla de ruedas lo llevo al Servicio de Diagnóstico por imágenes, espero en la antesala mientras le hacían
las placas
Miraba el pasillo, cuando vio dos
mujeres, una con una enorme panza, embarazada, era Delia y la acompañaba María.
Las dos lo saludaron, justo en el momento en que el técnico de rayos volvió con el
accidentado, le entrego las placas y le indico volver a la guardia.
Antonio se disculpó por no poder hablar más, saludo
a las hermanas, llevo al paciente y las placas al medico. Mientras esperaba que le colocaran una bota de velcro,
que reemplaza a los yesos tradicionales, su pensamiento se concentró en Delia,
muchas preguntas, hacia casi dos años que no la veía.
Terminado los trámites, llego al empleado al domicilio y volvió a trabajar. Estaba distraído, seguía pensando en
lo sucedido en el hospital. Cancelo el encuentro con Sabrina, fiel a su
decisión de no mentirle, no podía, tal vez otro día estaría más tranquilo.
Fue
una noche de insomnio, las 6, hora en
que se levantaba no llegaba nunca. Cuando amaneció se preparó unos
mates, compartió con doña Manuela, que había llegado a realizar sus tareas en
la pensión. Era una buena mujer, tendría cerca de 60 años, muy charlatana, cosa
que esa mañana le molestaba mucho. En cuando pudo, se despidió y salió en
su moto
Dispuesto a abrir el local,
se demoró recordando el encuentro, la cara de las hermanas era triste o le
parecía a el, quizás por el encuentro inesperado. Mas pensaba, mas se convencía que
algo les pasaba, pero que podría ser. No debia pensar más en ella, olvidarla no
era tarea fácil.
Comenzaban a llegar los clientes,
sirvió para alejarlo de sus cavilaciones. A la hora del almuerzo llamo a
Sabrina, estaba algo congestionada, proponiéndole cenar en su casa
Los padres llevaban las de 40
años juntos, cuatro de novios, lo demás casados. Hijos de italianos, se
conocieron en el barrio, donde todavía vivian,
trabajado muy intensamente para lograr tener su propia casa, un auto y
con sus hermanos una casa en la playa,
exactamente en San Clemente del Tuyu, que disfrutaban bastante. Don Pedro, el
padre, le gustaba pescar, en cuanto a Mariana, la madre, cocinaba el pescado y
hacia escabeches de berberechos
que ella misma juntaba con una red
Esa noche tenia para contarle del
muchacho accidentado, el trabajo se había complicado un poco al haber uno
menos. Se fue temprano para que Sabrina se acostara y mejorara.
El viernes estaba terminado de
cerrar, cuando llego un auto que conocia, si no le convencía que
volviera el día siguiente, se lo lavaría.
No era un cliente, era el esposo de
María, le comento que sabia de sus trabajos desde que salió de la
cárcel
Antonio no se animaba a cortarle
el monologo, aunque no entendía su presencia. Finalmente entro al tema, su
esposa le comento el encuentro en el hospital. La presencia de ellas se debía a
una ecografía ordenada a Delia, para evaluar el estado del embarazo
Y seguía sin entender porque
le contaba todo esto, hasta que le pidió tomar un café para seguir charlando mas tranquilos
Termino de
cerrar y se encontraron en la cafetería de la esquina
Lapislazuli
Ah! Ya me da por pensar que Delia lleva sola su embarazo y acá viene el suspenso... Te espero Lapislázuli, un abrazo!
ResponderEliminarSerá hijo de Antonio el que espera Delia?
ResponderEliminarUn beso dulce Lapislázuli.
HABER QUE NOS DEPARA ESTA INESPERADA VISITA. QUEDA INTRIGA PARA LA PRÓXIMA.
ResponderEliminarABRAZOS