Luis, así se llamaba el esposo de
María, le conto del trabajo de Delia en Córdoba, allí conoció un profesor, se casaron a mediados el año pasado, se anunció el
embarazo, estaban felices
Esa palabra “estaban” le anuncio
que algo no andaba bien, no pudo mantenerse en silencio y pregunto cómo que estaban.
Le conto: Ricardo, el esposo de Delia era divorciado y tenía dos hijos, una
noche lo llamo la ex esposa, uno de los niños estaba enfermo. Cuando iba a
verlo, su auto se desbarranco, todavía están investigando si fue distracción
por la preocupación o un desperfecto del
auto Sobrevivió una semana en Terapia Intensiva y falleció. María viajo
inmediatamente a Córdoba para acompañar a la hermana, después de funeral, Delia
decidió volver a La Plata
Ahora entendía sus sospechas al
ver la tristeza en la cara de las hermanas, una gran angustia lo invadió, le
había causado muchos males y ella se quedó a su lado hasta la causa judicial
estaba encaminada a su favor y lograría la libertad.
Mientras Luis seguía hablando,
sus pensamientos volaban, no podía creer que Delia padeciera más dolores,
no lo merecía
En un momento le pareció escuchar
que estaría bueno que la visitara. Volvió a prestarle atención. Después del
encuentro en el hospital, Delia comenzó a hablar del pasado, de la vida juntos,
hasta de la cárcel. María le pregunto si quería verlo, después de un rato le
pidió que lo buscaran
El corazón de Antonio comenzó a
latir aceleradamente, sin dudar le dijo que si. Cada uno salió en su vehículo,
en el viaje Antonio tuvo un par de buenos pensamientos y cientos de malos, que
le iba a decir Delia como se lo contaría a Sabrina
La tomo de la manos y lloraron
juntos. Le conto que eran mellizos, que faltaba poco para el parto. En ningún
momento tocaron ni el pasado, ni la muerte. Antes de despedirse Delia le pidió que volviera.
Al salir, ya había
tomado la decisión, debía sincerarse con Sabrina, ella no merecía el engaño. Le
mando el menaje avisándolo que iba a verla
Cuando llego a la casa de los
padres, sintió que todo se derrumbaba, lo habían tratado tan bien y él era el
villano. Ellos conocían su historia, pidió mil disculpas por no haber comentado
ese encuentro casual en el hospital, pero relato en detalle el encuentro con
Luis y el posterior con Delia. Les explico que no quería abandonarla y que
Sabrina no se merecía ser engañada.
Cuando la joven se puso a llorar,
su madre la abrazó y el padre le pidió a Antonio que se fuera, que ordenara su
vida y si volvía debía ser una decisión en total libertad
Llego a su casa, se tiró en la
cama, y fue él quien lloro…..
CONTINUARA?
Lapislazuli
ESTA HISTORIA SE ESTÁ PONIENDO MÁS INTERESANTE. GRACIAS POR COMPARTIR.
ResponderEliminarABRAZOS
Debería continuar, no? Más ahora que se ha reencontrado con Delia.
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce fin de semana.
Lapislázuli, claro que tiene que continuar! Un abrazo!
ResponderEliminarHistoria tan real y triste como la vida misma.
ResponderEliminarDepende que derrotero vaya a tomar la historia, pero Delia no merece quedar sola.
Ya de vuelta paso a disfrutar de tus amenas letras.
Un abrazo.
Ambar
Es una historia que realmente refleja la dureza de la vida.
ResponderEliminarPero muy bien contada.
Besos