Pasaron a un gran salón, algunos internos ya estaban con sus
visitantes
En una zona cerca de la ventana estaba Antonio, levanto la
mano llamándola. Llevaba seis meses en
Olmos, por estafa con tarjetas de crédito
Después de charlar sobre la causa. Delia puso el mantelito y
le fue sirviendo lo que llevo, comió un
huevo, un tomate y una pata de pollo. Bebieron la gaseosa de la botella,
tal como había supuesto se conservaron frescas. El resto del contenido de la canasta lo
traspaso a una bolsa de nylon para después y compartirlo con sus compañeros.
Antes de finalizar el horario, le dijo tener una buena noticia, había estado el abogado, con la autorizaron lo que llaman “visitas higiénicas”, que Antonio las llamo “encuentro de amor”, se iba a comunicar con ella para los análisis.
Los familiares se fueron despidiendo, era un momento triste,
los únicos que demostraban alegría eran algunos niños que saltaban y corrían,
en su inocencia, con madres preocupadas de perderlos entre tanta gente.
Ya no llovía. Delia caminó tan rápidamente como pudo, hasta
la avenida para contrarrestar el frio.
El regreso fue lento, tuvo que dejar pasar dos ómnibus
completos, cambiar en la terminal, habían sido muchos gastos para otro taxi
Llego al departamento, se quitó la ropa húmeda y se dio un
largo baño, a pesar del cansancio, quería recomponer la temperatura del cuerpo,
y sacarse el olor de la cárcel
Se abrigo con la bata de baño, envolvió el cabello con una
toalla, se acostó con la bolsa de agua caliente y un café doble
Llego el día del
encuentro, lo nervios no la habían dejado dormir otra vez. Solo había logrado
juntar unas barritas de chocolate para el “encuentro de amor” como lo bautizo
Antonio
Todo tan diferente, la ropa con la que la que ingreso, por
suerte había logrado lavarla, una compañera le presto un conjunto de ropa
interior que le habían regalado sus hijos el último día de la madre, solo lo
uso esa noche un rato para ver como lucía.
Tal como le había dicho Antonio, el abogado la llamo, tenía las ordenes de un examen clínico básico y la investigación de
enfermedades de trasmisión sexual. Debían ser realizados en un hospital oficial
y luego presentados al Servicio Penitenciario
Ese mediodía, en el descanso del almuerzo de su trabajo, paso
por el estudio y la secretaria le entrego todo el papelerío
En la semana consiguió los turnos, en 10 días
completó y estaba apta de salud para concretar las visitas
Su alegría se opacó al
llegar a su departamento, estaba la policía con una orden de allanamiento y el
pedido de su detención por complicidad en la estafa
Llamó al abogado, le leyó la orden, debía permitirles el
ingreso. Le aseguro que cuando el juez lo autorizara la vería
No les demando demasiado tiempo, una pequeña cocina, el
dormitorio y un espacio con ínfulas de ser living, escasos muebles, revisaron
todo y se llevaron la computadora
Lo peor fue que la sacaron esposada, le permitieron usar una
campera con capucha y colocar una bufanda tapando las manos. Fue introducida en
una camioneta, en el asiento trasero separado por un vidrio de seguridad,
reforzado con entretejido metálico.
Lapislazuli
queridos amigos, me han desaparecido todos los comentarios
ResponderEliminarEstuve buscando y dicen que no es posible recuperarlos
Por suerte los habia leido, todo surgio de la moderacion, me hace enotjame mas con esas personas que entran a poner cosas desagradables
Abrazos
MARINEL dijo
ResponderEliminarEs una cruda historia ésta, la verdad, pero es buena para sacudir conciencias.
Un abrazo.
MARIA CRISTINA:
Todo empeora, veremos, un abrazo Lapislázuli!
DULCE: La vida es muy dura tantas veces y esta historia refleja ese lado nada grato.
Un beso dulce y dulce semana.
RECUPERADOS DEL CORREO