Habitación cerrada
Rosa era una mujer trabajadora, había quedado viuda a los cuarenta años con dos hijos menores.
A la muerte del esposo, estuvo varios días encerrada en su habitación, tratando de resolver como seguir. La economía familiar se sustentaba con una ferretería que atendía Juan, ella nunca se había interesado en en el tema, es asi que las escasas oportunidades, por enfermedad o algún tramite el esposo no podía, permanecía cerrada
Pasado la desolación del primer momento, decidió intentar seguir con el negocio. Los proveedores conscientes de su ignorancia, la ayudaron, por unos años contrató un empleado, hasta que los muchachos completaron la primaria y comenzaron a trabajar.
Reservándose ella el pago de proveedores y la cobranza de las ventas. Cuando los hijos fueron grandes les asigno un sueldo, se casaron compartiendo todos la casa que disponía de comodidades.. Es asi, que había una habitación con acceso vedado, donde la mujer permanecía encerrada por horas.
Luego de tres décadas, sus fuerzas disminuyeron, enfermo y falleció
Los hijos siguieron con la ferretería por unos quince años, compraron un terrero a pocas cuadras, construyendo dos departamentos y local comercial para trasladarse.
Completada la mudanza del negocio y la vivienda , pusieron la vieja casa en venta.
Los interesados insistían en que se abriera la puerta de la habitación.
Los de la inmobiliaria no podían entender que después de tantos años, seguía como ordenara doña Rosa.
El hijo mayor, casi con culpa y temblando, puso la llave en la cerradura, giró, abrió la puerta.
Ante el estupor de los que observan, la habitación estaba llena de billetes, pilas y pilas, perfectamente ordenadas, de una moneda sin valor, de las que circularon en el país.
Lapislazuli
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Ohh, querida Lapisazuli, ¿eso quiere decir que desde que murió el señor había esas pilas de dinero?, ¿o fue una fortuna que ella fue guardando celosamente?, qué desperdicio el tener tanto billete sin valor, cuando pudo ser sabiamente usado :)
ResponderEliminarDe que sirven las riquezas sin compartirlas. Sencillamente, no valen nada sino hacemos con ellas algo valioso...
ResponderEliminarLo mejor es que se lo hubiera gastado y lo hubiera disfrutado, de que te vale guardar tanto si te vas a ir por donde viniste?
ResponderEliminarBuena reflexion para hoy.
un abrazo
Ay que pena vivir austeramente mientras los billetes se pudren. Yo me lo hubiese gastado a tal velocidad que ni la máquina del banco de España me podría seguir. Lo mejor como dice Orthos es disfrutar en vida y no ser el más rico del cementerio. Un beso
ResponderEliminarUna vez más alguien me convence de que el dinero no da la felicidad si no se sabe hacer algo de provecho con él. Has hecho bien en recordarlo.
ResponderEliminarun abrazo
Buena lección. Otra millonaria de cementerio. ¿y cuántos habrán?
ResponderEliminarSaludos.
Lapislazuli,la protagonista guardó el dinero como reserva,por si venían tiempos difíciles.Y olvidó el presente,que es más importante.Hemos de vivir cada momento,porque ya es futuro,que se nos escapa.
ResponderEliminarTe felicito por tu magnífico relato,que conlleva un claro mensaje a tener en cuenta.La matería debe servirnos para vivir mejor y nunca nosotros debemos vivir para servir a la materia.
Mi abrazo grande,amiga.
M.Jesús
PD:la teoría fisica del "desdoblamiento del tiempo" es muy interesante,amiga.No te la pierdas y cuando tengas un ratito búscala en internet.
excelente relato, muchos hay que en la avaricia se solazan
ResponderEliminarFelicitaciones
recuerdo el caso de un chino o japones no recuerdo bien, pero que había ahorrado toda su vida para cuando le llegara la vejez y poder disfrutar , pero nunca depositó sus ahorros en un banco pues no confiaba en otros para la custodia y mucho menos la administración , guardó todo su dinero en un colchón, por esas cosas de la vida, no recuerdo bien el hombre lo encontraron muerto , no recuerdo si lo asaltaron o fue un ataque, la cosa es que cuando llegaron a su casa regristrando sus pertenecias dieron con el colchón, pero el dinero estaba absolutamente APOLILLADO, sin duda eso pasa ya que el papeldinero es una combinación entre algodón y celulosa perfecto banquete para estos bichos así como la ropa . esto fue cierto salió en las noticias
Tíos Rico Mc Pato, lo hay en todas partes, no solo en los acomodados, hay quienes son avaros hasta en sus miserias
Besitos y luz
hoy 25 de Nov ojo
la palabra a veces es arma que desarma a la dignidad y hasta la brutalidad se hace eco de sus disparos a mansalva
¡¡Que fatalidad!!el dinero no da la felicidad..pero si ayuda.
ResponderEliminarBuen relato amiga..me ha encantado el mensaje que se desprende de ello..
te felicito
besos
Aquella puerta cerrada, cuántos sinsabores hubiera evitado si se hubiera abierto a tiempo.
ResponderEliminarSembrar para recoger más tarde, sin saber si la semilla ha germinado o no. Creo que está bien guardar por si vienen tiempos difíciles, pero conservando la razón para tener la moneda siempre al dia. Felicidades y un abrazo.
Uf, terrible...
ResponderEliminarEstá claro que el dinero no da la felicidad, pero tener que pasar angustias cuando hay dinero en casa eso ya es peor...
Y la guinda.. dinero sin valor.. de ese que circulaba por aquel entonces, eso ya es como para darse cabezazos contra la pared...
Al menos respetaron la voluntad de su madre.. aunque sinceramente yo no le veo la gracia... ya podria haberles explicado la verdad a sus hijos...
Un texto cargadito de originalidad.
Besitos mediterráneos.
¡Qué historia más triste!
ResponderEliminarMatarse trabajando para guardar y guardar papeles desvalorizados con el tiempo.
Buen relato.
Un abrazo.
Pobre Rosa, pero por ahí ella fue feliz así, con la ilusión de un futuro para sus seres queridos, un abrazo Lapislazuli.
ResponderEliminaryo conozco a esa gente, ¡avaros!!
ResponderEliminargenial relato,
saludos
Genial tu historia con moraleja incluida...Si vas a ir a la tumba, gastatelo en vida.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Muy buena la historia.
ResponderEliminarBesos.
No entiendo cómo a nadie se le ocurrió abrir esa habitación.
ResponderEliminarsaludos.
Casos así los hay a diario.
ResponderEliminarCuesta entenderlo pero sus razones tendrán.
Abrazos
Las hormiguitas guardan y guardan en la despensa para los malos tiempos, pero ella no era hormiguita, era una persona que la superó las circunstancias. He conocido gente millonaria que vivía con lo mínimo imprescindible, murieron muy ricos y sin herederos, bueno sí, el Estado.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu relato
Un beso
Que mal que ella no haya disfrutado de ese dinero junto a su familia..bien dicen que cuando nos vamos de este mundo nada nos llevamos, mejor disfrutar en vida lo que tenemos.
ResponderEliminarBesos.
Atesoramos riquezas que no valen para nada y total para irnos de vacío.
ResponderEliminarUn abrazo.
Uf... avaricia?
ResponderEliminarNo sé. Por eso me preocupo de ahorrar lo justo, gastar lo necesario y el resto malgastarlo de muy buena gana... jajaja :)
Saludos querida.
Cristofer.
Doña Rosa siempre había sido muy ordenada, no dejo nada al azar, los dejo con un palmo de narices.
ResponderEliminarBlogsaludos
¡Vaya con doña Rosa!, había preferido que se perdiera todo a dárselo a sus hijos... Un poquito egoísta.
ResponderEliminarUn abrazo y genial tu relato, genial, genial.
Muerte roja
ResponderEliminarQue tacaña Rosa, con la felicidad que debería haber tenido al poder repartir tanto dinero.
La avaricia es algo que no entra dentro de mi cabeza.
Preciosa texto, da para reflexionar.
Besitos :)
Es irónico y hasta cruel, cómo es posible se puedad vivir amasando tanto dinero, que infelicidad.
ResponderEliminarSabes me traes a la mente las palabras bíblicas:
No atesores riquezas en la tierra donde el ladrón hurta y la polilla corroe, mejor atesorar riquezas espirituales que son de valía ante los ojos de Dios.
En fin...
Un buen relato para reflexionar.
Abrazos y lindo fin de semana.
Buen relato pero un poco incongruente.Una buena madre que viéndose viuda se espabila,saca fuerzas de flaqueza para llevar la casa y dar un futuro a sus hijos por medio de un negocio y muere dejando una habitación llena de un papel llamado dinero,sus hijos debieron de alucinar.Un beso Lapislazuli.
ResponderEliminarVaya... toda la vida guardando sin disfrutar para que todo acabe asi... Tu historia es mnas habitual de lo que parece, gastar y ahorrar estabien siempre en un termino medio.
ResponderEliminarSaludos almendrados ;)
Sorprendente relato. ¿Nadie le dijo que guarde el dinero en el freezer para que no pierda el valor?... ¡o hubiera comprado dólares!... ;-)
ResponderEliminarabrazo
Qué pena de vida sin disfrutar del dinero que ayuda a vivir con holgura! Y sus hijos? dejando de estudiar tras la primaria, solo para que ella guardara y guardara... que historia de terror nos dejas hoy, Laspilazuli. Porque para mi sería un horror encontrar algo así tras ver que una madre pasó por el mundo sin comprender que la vida es un verbo que se vive en presente.
ResponderEliminarBesos, guapa!
Qué cerca está la felicidad. En un cuarto de tu propia casa. Pero, ¡ay!, cómo entras. Y cuando lo logras ya es tarde. Buena reflexión.
ResponderEliminardafd
(tengo problemas en la red, por eso publico como anónimo)
Mi querida Lapislázuli...impresionante relato...es increíble cómo alguien puede ser tan avaro, habiendo tantas necesidades alrededor...muy bien escrita tu prosa, me gustó...QDTB, recibe un fuerte abrazo.
ResponderEliminarVaya cotroñosa..y lo malo es que existe muchiiiisima gente asi.Guardan guardan y no disfrutan..una penita.Milll besitossssssssssssssssssssss
ResponderEliminarVengo para agradecerte tu comentario.
ResponderEliminarSi algo hay positivo en esta vida es compartir y disfrutar...Un dinero acumulado en una habitación, es un "sin sentido"....unido a un tiempo perdido que no regresa.
Recibe mis saludos.
Creéme, desde ayer trato de dejar un comentario a esta entrada ¡y nada! Vuelvo al intento.
ResponderEliminarAtesorar, atesorar y atesorar ¡mejor lo hubiera disfrutado! Ahora entiendo tu aclaración.
Un fuerte abrazo.
(cruzo los dedos)
Pensando según se ven hoy las cosas, tenemos dos extremos:
ResponderEliminar1) que es necesario pensar en el futuro, para cuando seamos viejos, porque las pensiones públicas darán cada vez menos cobertura.
2) que es necesario vivir cada día como si fuese el último; y además el consumo mueve a la economía.
Sin entrar en calificativos de esa forma de actuar del personaje, una cosa es segura: que el mundo cambia ahora tan deprisa, que engulle las decisiones de los individuos; incluso de los que se mantienen bien informados (que no parecía ser el caso de doña Rosa).
Un abrazo
Magnifico relato minha amiga, gostei muito.
ResponderEliminarum abraço
oa.s