Ante el llanto de Lucía, Miguel detuvo la ambulancia en un parador.
-Señora, ¿está bien? ¿Necesita algo?
Y sin esperar respuesta, continuo:
- Estamos acostumbrados a esta tarea y a veces olvidamos que es un ser querido a quien trasladamos
-No se preocupe, fue una pesadilla. Le voy a hacer una confesión, Ricardo y yo estábamos separados, y mi llanto fue solo un recuerdo que no tiene nada que ver con este viaje.
-No tiene que explicarme nada….
-Gracias, bajo un momento, pasare por el toilette y traeré café, ¿de acuerdo?
-Si, tómese el tiempo que necesite. Mientras tanto informare a la central.
Lucia se dirigió al toilette. Se detuvo frente al espejo, su cara reflejaba el cansancio, el cabello era un desastre. Lavo su cara, una crema, un poco de rouge, se acomodó los rulos. Esos pequeños cambios la hicieron sonreir y fue hacia la cafetería.
Bebieron el café en silencio. La mujer saco su atado de cigarrillos, lo estiró ofreciendo a Miguel, agradeció no fuma.
El resto del viaje apenas cruzaron algunas palabras, como sonido la radio encendida al salir de Rosario, y una comunicación a Buenos Aires avisando la inminente llegada.
Los trámites locales fueron simples, tarea tan protocolizada y rutinaria que allanan todos los inconvenientes que podrían suscitarse.
Unos minutos más tarde llegaron los muchachos, abrazaron a Lucia y de alguna manera la liberaron de seguir tomando decisiones, significo un gran alivio para ella.
Se fue a su casa, durmió profundamente y no soñó, o por lo menos no recordó
En la mañana siguiente volvió a la casa de sepelios y acompaño a sus hijos en el entierro.
Los tres volvieron juntos a casa de Lucia, compartieron mate y anécdotas, hasta que:
-Maju, tengo que contarte algo- por unos segundos quedo en silencio….- quería que charlaramos los cuatro, pero bueno ahora…..
-Dime Riky, ¿Qué pasa?
-Es algo lindo, Vanesa está embarazada
Vanesa era una joven entrerriana, estaban juntos en Brasil, en el verano anterior Lucia los visitó, lo vio muy bien
-Bruno vas a ser tío!. Todavía hay más…
-¿Más? Mas que esta hermosa noticia, que puede ser
- Si Malu, Vanesa y yo volvemos en dos meses, hasta que nazca el bebe nos quedaremos en Buenos Aires y queremos pedirte si podemos vivir aquí.
La cara de Lucía respondió antes que sus palabras, era pura alegría, después de tanta soledad y silencio, otra vez gente en la casa y un niño
-No solo te digo que si, sino que me haces muy feliz. Haremos algunos arreglos, para que tengan independencia que quieran y necesiten. Ahora me disculpan tengo que llamar a Vanesa
La charla fue extensa y agradable, hablaron de mareos y malestares matutinos, fechas de llegada y parto, todo lo necesario para el bebe. Luego arreglaron que fuera su hermana Paula, arquitecta, quien asesora en las reformas.
Las noticias hicieron magia en Lucía, estaba radiante, hablaba y hablaba, desbordaba su entusiasmo. Era lo que necesitaba, ilusiones, esperanza....
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