UNA HISTORIA DE VIDA 4/10

Allí estaba Antonio, lo vio muy delgado,  afeitado y el cabello corto
Una pequeña habitación, con una ventana cuyo marco superior coincidía con el techo,  una cama con sabanas que alguna vez fueron blancas, una estufa eléctrica y un ventilador amurado. En la pared opuesta a la ventana,  una puerta, que luego supo daba a un sanitario.
Se abrazaron largamente en silencio, ninguno de los dos quería cortar el momento. Fue él, quien se alejó apenas y mirándola a los ojos le pidió perdón. Delia siguió en silencio, su boca estaba seca, sus palabras no le  salían, quería decirle tantas cosas, recriminarle todo, seguía inmóvil y callada, sin abandonar los brazos del hombre que quería
Expulso un largo suspiro y como respuesta lo atrajo hacia ella y le dio un intenso  beso en la boca.
Antonio lo tomo como respuesta y comenzó a acariciarla lentamente como  a ella le gustaba, le saco la remera y desprendió el pantalón, que cayó al suelo. Se retiró para mirarla, mientras se sacaba su propia ropa
La llevo a la cama, le susurro otro perdón al oído, las caricias y besos fueron creciendo en intensidad, antes de penetrarla se puso preservativo, lo habían charlado antes que ella fuera detenida, no querían sumar un conflicto a la  situación actual.
Se quedaron abrazados un tiempo, hasta que  Delia tuvo que ir al baño, al regresar, Antonio se había puesto los pantalones, ella se puso algunas prendas y se recostaron en la cama
La charla fue sin reproches, algo sobre lo judicial pero sobretodo proyectos para la libertad
De pronto unos golpes en la puerta los volvieron a la realidad, transcurridas las dos horas debían despedirse
La semana siguiente de Delia,  transcurrió entre entrevistas con el  psicólogo, declaraciones, idas y vueltas al juzgado. Llego el día de otro encuentro de amor. Los movimientos, inspecciones, caminatas, candados, eran conocidos, pero no por ello dejaba de preocuparse
Antonio la esperaba, estaba feliz, le explico que había aceptado el juicio abreviado, con una condena de tres años, con la condición de la eximición de toda culpa para ella. Con buena conducta y computando el tiempo trascurrido antes de fin de año podía salir, dos años de libertad  vigilada sin poder salir del país,  encuentros semanales con el gabinete psicológico, y  conseguir  un trabajo estable. Esto último era lo que le preocupaba más, quien iba a contratar un ex convicto
Acabó el tiempo de la visita, charlando, abrazados, sin sexo, igual  lo habían disfrutado como nunca
Debió declarar  en el juicio, aceptado el trato, ese mismo día fue puesta en libertad, los trámites se concretaron en el juzgado, le pidió a la oficial que siempre la acompañaba,  que la despidiera de sus compañeras,  les dejaba todo lo suyo para que ellas lo usaran.
Antes de  salir del recinto le pido permiso para darle un abrazo de agradecimiento y pudo despedirse de Antonio

En el hall estaban su hermana y su padrino, fueron a almorzar en un barcito del bosque, no quería entrar a ningún  restaurante porque pensaba que la iba a delatar el olor de la cárcel, el día era  ideal, templado, sol tibio y un cielo sin una sola nube

Lapislazuli

7 comentarios:

  1. Hay un atisbo en esta parte de algo mejor dentro del relato hasta ahora, esa luz de esperanza.

    Besos dulces y dulce fin de semana.

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  2. Lapislazuli, gracias por tu comentario...Espero que hayas comenzado bien el año. Como veo con muchas ganas de escribir y contar esta historia. He leído de un tirón los anteriores capítulos, la verdad es que escribes con detalle, de forma amena y ligera, me alegro por ello...Lo importante es que va tomando visos esperanzadores y la historia parece basada en la realidad.
    Te dejo mi abrazo y mi ánimo por tu buen hacer.
    M.Jesús

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  3. Coincido con Muñoz
    Me gusta la historia
    Algo de esperanza viene bien siempre...una salida abierta
    Abrazos

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  4. Paso a saludarte.
    No estoy muy animada últimamente.

    Besos.
    Buen finde.

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  5. Ella pudo respirar otra vez aire puro, esperemos que él pueda hacerlo pronto también, a pesar de las restricciones, un abrazo Lapislázuli!

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  6. Respirar de esa cierta libertad, aunque dejando a tras cosas que difícilmente se pueden olvidar.
    Besos

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  7. Siempre me gusta leer historias que dejan una ventana abierta a la esperanza.
    Voy siguiendo tus relatos.
    Un abrazo.

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